Yendo por delante que
suscribe un aficionado que asume
y acepta totalmente la elección del que se convertirá en el nuevo máximo
accionista del Valencia CF, a uno le
rondan dudas conforme se desvelan cosas antes de la firma definitiva:
La noche del 28 de enero,
Aurelio Martínez espetó en una de esas ruedas de prensa sin preguntas: “Luego se hará una Junta General
Extraordinaria para informar de todos los detalles a los valencianistas”,
palabras que tomaron cuerpo el 24 de febrero, día en el que la Fundación VCF
emitió un comunicado a través de su web oficial anunciando el acuerdo firmado por las cuatro partes involucradas que fijaba las
bases definitivas del proceso de venta, el cual rezaba en una de sus fases: “3. Fase de elección de la mejor oferta: una
vez elegido por el Patronato de la Fundació VCF el mejor proyecto deportivo,
social y económico para todas las partes y previa solicitud de autorización al
Protectorado de Fundaciones para la venta, se comunicará y detallará en Junta
General de Accionistas del Valencia Club de Fútbol, S.A.D.”, ratificado esto
en dicho comunicado en el punto 10 de las Características del Proceso: “Posteriormente, se presentará a la Junta
General de Accionistas del Valencia CF, S.A.D. y se presentará para su
aprobación ante el Protectorado de la Consellería de Justicia”.
Anteayer, en la rueda de
prensa a la finalización del último consejo de la Fundación, Aurelio terminó de
aclarar, porque el río ya bajaba caudaloso, que en la Junta del próximo lunes 1
de diciembre no expondrá ningún detalle del contrato de compraventa de las acciones
entre la Fundación VCF y Meriton Holdings, por expresa petición de esta última,
amén que se producirá la firma por la mañana y a partir de ese momento los
ejecutores de la venta del club cesarán en sus cargos.
1.
¿Por qué anunció públicamente, dejándolo por escrito, que se iba a explicar
en Junta a sabiendas de existir la posibilidad que no se cumpliera?
Aurelio, abanderado de la transparencia y responsabilidad con el aficionado valencianista, a las puertas de lo que será un hecho histórico en un club que trasciende la frontera de una mera SAD, teniendo la opción -puesto que aún no se ha firmado- de hacer entender a Meriton de la importancia y necesidad de informar al valencianismo de la transacción,
2. ¿Lo intentaría, como único órgano garante que nos queda, hasta el final, o pisoteamos esa bandera claudicando una vez más por ser, dicho en corrillo a periodistas, la única opción real, dejando entreabierta la ventana oscurantista?
Asimismo, en referida comparecencia Aurelio afirmó, referente a los términos acordados de
refinanciación de la deuda que afectan al VCF: “No tengo ni idea, pero ni idea, nunca lo han cedido (el acuerdo
Meriton-Bankia), como es normal en los contratos bilaterales en los que se pide
una cierta confidencialidad. Es sorprendente, pero es curioso, porque suele ser
así, ¿Qué curioso, verdad?”
3.
Aurelio dijo que no dimitía de la Fundación y se quedaba para velar por el
cumplimiento de los archiconocidos criterios de valoración. Si sabía, como
persona versada, reputada y experimentada en esta materia, que no iba a tener
poder de decisión en la negociación que afectaba directamente a los intereses
futuros y compromisos adquiridos del VCF, ¿Dónde queda ese compromiso moral de
la máxima accionista?
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